lunes, 28 de abril de 2008

Sinceridad




En los tiempos que corren hay algo que para mi se esta volviendo más valioso que el mismos oro y no es otra cosa que la sinceridad.

La sinceridad es algo que valoramos pero que a su vez evitamos ya que es dolorosa. No nos gusta que nos digan que nos estamos equivocando, que no caemos bien o que, simplemente, hemos cogido unos kilos. Todos decimos ser sinceros pero en nuestras relaciones evitamos usar tan preciada cualidad para evitar encontronazos con la gente. Solemos suavizar las opiniones y las posturas para que parezcan mucho menos ofensivas. Sobreponemos el evitar causar un daño que va a ser para mejor en esa persona por las posibles consecuencias que nos puede acarrear.

¿Quien sabe lo que puede beneficiar un comentario? Si alguien que tiene un problema de sobrepeso y se lo comentamos con toda la buena fe del mundo, ¿no tendrá que agradecérnoslo a la larga? Parece que no, que se va a enfadar y que pensara que somos unos criticones. Igual que algún amigo al que llevéis meses llamando para quedar y siempre os de largas, ¿no es mas fácil decir que no quieres quedar porque no te interesa?

Todo seria mas fácil si todos fuéramos capaces de aceptar una sinceridad que duele como la vida misma. Si esto se cumpliera con el tiempo se perderían tópicos estúpidos y cotidianos de nuestra vida que muchos estamos hasta los mismos huevos de aguantar.

Pensad en ello un buen rato, pensad en las veces que hubierais preferido que os contaran la verdad en lugar de ponerle un chapucero disfraz. Pensad bien en las veces que no habéis sido sinceros/as ocultando bajo mentiras vuestra opinión para no resultar molesto. Ahora preguntaos ¿Vale la pena? Yo sinceramente creo que no y, quizás no a niveles tan bajos pero si a cosas mas relevantes, seguiré intentando ser lo mas sincero que pueda.

2 comentarios:

Siltha dijo...

Yo tengo la ventaja o inconveniente de ser al revés que el resto de la población: demasiado sincera. Suelto lo que pienso (no con el físico, porque me da igual que una persona esté más o menos gorda o sea más o menos alta, pero sí en todo lo demás... ) Y claro, luego se enfadan, porque si una cosa es cierta es que nos cuesta horrores encajar una crítica, y menos si esta va relacionada a una frustración del individuo. Pero también está la ventaja de que cuando suelto opiniones positivas suelen ser mucho mejores, ya que quien las escuche sabrá que son realmente ciertas, y no sólo por quedar bien.

Yo no pienso cambiar, creo que es el mundo el que se equivoca alimentando tanta hipocresía, y sí, más de una vez consigo que me odien por ello, pero ya no me importa.
Eso sí, si no queréis que os odien, jamás le digáis a nadie que sus problemas se los ha buscado él/ella (y menos aún les digáis porqué) y que si no se hace responsable es porque no le sale de los cojones y no porque el mundo conspire para amargarles la existencia.

Ekin dijo...

Mucha gente achaca sus problemas a la suerte, como si ellos hicieran algo para arreglarlos. Es una pena...